martes, 10 de enero de 2012

La dama de hierro, de Phyllida Lloyd

Muy buena


El problema de las críticas que se han escrito estos últimos días sobre la película La dama de hierro es que la enfocan de manera equivocada. Que nadie se engañe: esta película no es exactamente un biopic sobre Margaret Thatcher y, por tanto, tampoco puede ser propaganda del Partido Conservador británico. Esta película es un espléndido ensayo sobre el duelo: el duelo del amor, el duelo del poder y el duelo de la juventud.

Meryl Streep está absolutamente sublime en un papel que comienza retratando a la implacable Thatcher inmersa en su demencia senil, la cual la lleva a aferrarse al recuerdo de su marido fallecido hasta el punto de ver visiones. De una manera fluida y en ningún momento aburrida (el tedio era uno de los riesgos de hacer un film que parece político, pero que en realidad es totalmente íntimo y personal) se van enlazando diversos momentos de la carrera de Margaret Thatcher: su ambiente familiar, sus comienzos en el Partido Tory, su inclemente escalada hasta el gobierno, el conflicto de las Malvinas y la guerra contra el terrorismo del IRA.


El guión, de Abi Morgan, no ha caído en el fallo de retratar a una política increíblemente dura (como sin duda fue Thatcher) ni la ha tratado con demasiada condescendencia. En la película uno encuentra una versión de la que fue Primera Ministra británica totalmente distinta de lo que cabía esperar y que encandila al espectador, esté de acuerdo o no con la ideología que ella representó en su momento. La Thatcher de Meryl Streep es una mujer que por escalar a lo más alto deja de lado a su familia sin apenas darse cuenta. Que  promueve las medidas que perjudican a los más humildes creyendo firmemente que es lo justo, movida por unos principios que la consumen por completo. Sin embargo, también es una enternecedora y frágil mujer que en sus últimos años quiere recuperar todo el tiempo que no le pudo dar a su marido, que no deja escapar los últimos retazos de su vida, que baila con un fantasma con infinito amor y que friega con las manos enjoyadas una taza de té.

Sin duda, Meryl Streep va a arrasar en los Oscar de este año (será un delito si no lo hace) pero esta película se merece que la observen como un fabuloso relato sobre la vejez y la soledad, no como una biografía política y, por tanto, tendenciosa. Porque la protagonista podría ser Thatcher o cualquier otra persona aunque, sin duda, la fuerza y la controversia que transmite este personaje empuja el relato hasta un nivel envidiable.

1 comentario:

  1. Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!

    ResponderEliminar

En Culturela queremos conocer tu opinión. Todos los comentarios serán bienvenidos siempre y cuando sean respetuosos con los autores y con los otros usuarios.